Cómo quitar manchas de tomate frito

El tomate frito es el Houdini de las manchas: siempre encuentra la manera de aparecer cuando menos lo esperas. Allí estás, disfrutando tranquilamente de tu plato de pasta, y es entonces cuando una gota de esta salsa tan deliciosa decide emprender un viaje directo a tu camisa nueva. En ese momento, te das cuenta de que el tomate no solo es delicioso, también es bastante traicionero.

Si estás aquí, probablemente ya tengas tu ropa hecha un cuadro, pero no te alarmes, que este drama tiene solución. Hoy te contamos cómo quitar la mancha de tomate de tus prendas, así que tomate-lo con calma.

Cuanto antes actúes, mejor

En primer lugar, hablemos del tomate como si fuera un viejo conocido. Este culpable manchador tiene dos armas principales: el pigmento natural (llamado licopeno) y la grasa, ya que casi siempre está cocinado con aceite. Ambos se unen como compinches para adherirse a las fibras de tu ropa. Pero no te preocupes, porque vamos a desmontar su complot.

Lo primero que tienes que hacer, y esto es fundamental, es actuar rápido. Una mancha reciente siempre es más sencilla de eliminar. Si tienes la mala suerte de mancharte justo en mitad de una comida familiar o de trabajo y no puedes levantarte, al menos intenta retirar toda la cantidad que puedas. Una servilleta o un cuchillo sin filo son sin duda tus mejores herramientas en ese momento. Pero ojo: ¡Olvídate de frotar! Esto solo va a empeorar el desastre.

Agua fría y detergente

Una vez que te enfrentas cara a cara con la mancha, toca analizar la situación. Si estás en casa, perfecto, porque tienes acceso a tu arsenal de limpieza. Y si no, bueno, al menos busca agua fría. Aquí viene un consejo que parece contradictorio, pero funciona: no uses agua caliente de inmediato. La razón es muy sencilla, y es que el calor puede fijar el tomate y hacer la mancha más difícil de eliminar, así que utiliza agua fría.

Con el exceso retirado y la mancha humedecida, es hora de sacar la artillería pesada. Basta con frotar suavemente un poco de detergente para platos sobre la mancha. Sí, el mismo que usas para desengrasar tu sartén también sirve para desengrasar tu camiseta. Asegúrate de trabajar desde los bordes hacia el centro para evitar que la mancha crezca.

Ahora viene una parte importante: enjuagar. Pero hazlo con cuidado, como si estuvieras limpiando un cristal muy delicado. Si notas que la mancha sigue ahí, repite el proceso sin desesperarte, con un poco de paciencia verás como la mancha va desapareciendo.

Vinagre y bicarbonato: remedios caseros infalibles

Si estás lidiando con una mancha rebelde, de esas que parecen empeñadas en quedarse, puedes pedir refuerzos: el vinagre blanco. Este ingrediente, que probablemente tienes en algún rincón del armario, es el enemigo número uno de las manchas orgánicas. Mezcla partes iguales de vinagre y agua, aplícalo sobre la mancha y déjalo actuar unos minutos. Luego, enjuaga con agua fría y evalúa los resultados.

Otra opción, para quienes se toman esto como una batalla personal, es recurrir al bicarbonato de sodio. Haz una pasta con un poco de agua y extiéndela sobre la mancha. El bicarbonato tiene un superpoder: es suave con las telas pero implacable con las manchas. Déjalo actuar durante unos minutos y luego enjuaga cuidadosamente, te sorprenderás con el resultado (en el buen sentido).

El reto de las manchas secas

¿Y qué pasa si el tomate ha tenido tiempo de asentarse? Las manchas antiguas son como las visitas no deseadas: cuánto más tiempo pasan, más difícil es que se vayan. En este caso, la clave está en usar remojos prolongados. Llena un recipiente con agua tibia (ahora sí, porque ya no tenemos mucho que perder) y un detergente para ropa muy potente. Deja la prenda en remojo durante varias horas, incluso toda la noche entera si es necesario. Esto suaviza la mancha y aumenta las posibilidades de que desaparezca en el lavado.

Finalmente, cuando creas que has hecho todo lo posible, mete la ropa en la lavadora. Eso sí, antes de hacerlo, verifica las instrucciones de lavado en la etiqueta. Usar el programa correcto es fundamental para evitar sorpresas. Si después del lavado la mancha sigue ahí, no seques la prenda. El calor de la secadora puede sellar la mancha para siempre, y nadie quiere eso.

Lidiar con una mancha de tomate frito puede parecer un desafío monumental, pero no es imposible. Lo importante es no rendirse y recordar que incluso el textil  más manchado tiene salvación si sabes cómo tratarlo. La próxima vez que el tomate intente salirse con la suya, ya estarás preparado.

Y, si todo lo demás falla, siempre queda la opción de buscar la tintorería más cercana. En Telelavo tenemos muchísima experiencia y las herramientas para enfrentarnos a esas manchas que ni siquiera sabías que podían eliminarse. Así que solo te queda disfrutar de lo bueno y no alarmarte la próxima vez que se te caiga encima el tomate.

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Marcelino Fábrega

Director de Operaciones de Telelavo

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